Camila

Camila es mi abuela paterna. Nunca la conicí.

martes, 9 de febrero de 2010

SENSACIONES

Sé que era jueves. Los jueves eran buenos días, sobretodo porque era el último día de la semana que trabajaba por la tarde y al día siguiente, por fin viernes.
Por nada del mundo podía imaginar lo que me tenía preparado el día. Llegó mi jefe de una de sus múltiples reuniones, espero hablaros en otra ocasión de esta gran persona, me llamó a su despacho y me invitó a sentarme. No me pareció raro, de vez en cuando solíamos charlar de la empresa, de la familia, de la vida y también y las más preparábamos y solucionábamos trabajo.
- Sole, aunque para mí no es agradable y aún no hay nada seguro, pero, si la empresa abre el ERE y abre la modalidad de prejubilaciones ¿te interesaría acogerte?.
- ¡SI!.
- ¿Estás segura?.
- ¡SI!.
- Bueno pues entonces lo propondré. Por favor nada a nadie.
- No te preocupes y gracias, muchas gracias Jefe!
- Por cierto Jefe, ¿para cuando sería, un mes, dos, más?
- No, no, para ya.
-¡Para ya! ¡Para ya!
- SI.
Sé que le sorprendí y sé que le di un disgusto, pero como es una gran persona disimulo lo que pudo, igual que yo.
Al regresar a mi despacho, no podía creerme lo que acababa de hacer. ¡Estás loca, pero es que nunca piensas! ¡Y tu estupendo trabajo! ¡Y tus amigos! ¡Y tu familia! Dios mio.
¡Las amigas! ¡Las compañeras! madre mía, las he traicionado y las dejo tiradas. Como se lo digo.
Y los recursos fáciles: bueno como no es seguro aún. Ya veremos.
Una semana después, y otro jueves. Mi Jefe regresó de otra reunión y se detuvo delante de mi mesa:
- Sole, ¿cuantos días de vacaciones te quedan?
- Pues creo que 4.
- Pues gastalos ya porque a final de mes te vas.
- ¡Qué........! Pero ......
Era el 3 de diciembre y firmé mi salida de le empresa el día 30.
En esos pocos días pasé por sensaciones extremas. Tuve muy malos momentos y otros muy gratos. Tuve decepciones y gratas sorpresas. Lagrimas y sonrisas.
Y como siempre los amigos en su sitio. Se tragaron las lágrimas, disimularon y se posicionaron incondicionalmente a mi lado y al lado de mis decisiones. Como mi familia.
Ellos no lo saben, pero ¡me los he traído conmigo y los tengo aquí!.
Gracias angelitos.

Camila.

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